Arte en los cortos

En el 2006 tuve la oportunidad de participar de una serie de intervenciones que se realizaron en el marco de Oberá en cortos. Esa experiencia no sólo me "acercó" más a la producción artística -y de paso me abrió un poco la cabeza cuadrada y soberbia de diseñadora que todavía conservo-, sino que me acercó a personas que todavía hoy son amigos y que fueron y siguen siendo compañeros de proyectos y experiencias.

Ese año cursábamos un seminario sobre investigación en arte y para aprobarlo teníamos que elaborar un proyecto artístico. Fuimos varios grupos con diferentes ideas y nos agrupamos bajo el nombre de Circuito de Arte, porque intervenimos diferentes áreas de la ciudad donde se encontraban los "espacios comprometidos" del festival de cortos.

Como diseñadora en formación la experiencia fue muy rica en varios sentidos. En primer lugar, como ya lo mencioné, porque descubrí otra forma de mirar, pensar y hacer cosas. También aprendí a gestionar, y más adelante me di cuenta que es importantísimo tanto para el diseño como para el arte. Hice amigos y "contactos profesionales". Hice mis primeros trabajos de diseño (los de verdad, de esos que se mandan a la imprenta) y aprendí, a costa de remeras agujereadas y mal impresas, que a veces es mejor pagar de más por la experiencia y responsabilidad de un impresor.

Aclaro que no lo hice sola, el diseño lo hicieron conmigo dos amigas de la facu y en la intervención y gestión participaron un puñado más de amigas y hermanas. Si me pongo a recordar, realmente la pasábamos bien en esos días. Ahora están todas dispersas. Por suerte existe el facebook.

Para evitar problemas con los artistas, no voy a publicar sus obras hasta que no tenga su consentimiento, pero aquí pueden ver las intervenciones que hicimos las chicas de diseño gráfico.

La temática de las intervenciones era identidad y diversidad cultural. En esos años pensábamos que la mejor forma de apoyar la diversidad cultural, era agrediendo a cierto circuito cinematográfico bastante popular y comercial.


Esto era como un alerta a los peatones en una zona de riesgo. Ahora hay guías de tránsito en las zonas que pintamos con hombrecitos rojos. Es más, la gente de tránsito nos ayudó cortando la calle para que podamos pintar. Copada la gente de Oberá.

Más adelante, en 2010, gracias a un amigo que hice por esos días, participé como adscripta a un proyecto de investigación llamado Matrices Urbanas. El proyecto consistía en la utilización de la ciudad como matriz de grabado. ¿Cómo hicimos eso? Eso es tema de otro post. Lo que si les adelanto, es que para el festi, realizamos una intervención llamada Oberá en camisetas, pedimos prestado un rodillo a la municipalidad y con tinta de grabado, transferimos las imágenes de la calle a varias remeras, musculosas y afines, nuestras y de todo el que se acercó.


Lo lindo de estas cosas, es cómo el arte invade el cotidiano de la gente y deja de aparentar que es inalcanzable para los simples mortales.

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